Hace tiempo, me di cuenta de que (enganchados del Ego) tendemos a buscar soluciones complicadas para problemas simples… así no las podemos poner en práctica y los transformamos en problemas complicados… ¡qué complicación!
Por eso, me especialicé en apreciar y usar los recursos que ya traemos. Si aprendemos algo complejo en un momento de tranquilidad, seguramente no lo usaremos cuando la tormenta nos pase por encima. Lo mejor es algo simple que realmente podamos practicar en el instante preciso en que es necesario. ¿De qué sirve aprender una respiración en cinco ritmos, con un mantra específico, cuando el jefe nos recrimina en medio de una reunión o el niño llora porque se lastimó?
Lo simple es lo mejor. Algunos ejemplos:
Respira en la panza hasta que te tranquilices. Si estás ansioso, estresado o emocional, tu respiración estará en el pecho, corta y rápida. Respira con el diafragma, poniendo la atención en la exhalación.
Bosteza si necesitas aire o abrir la garganta o el pecho cargados con ansiedad o angustia. Esta palabra viene de “angosto”. Bostezar aspirando aire en grandes cantidades, con la boca bien abierta, hasta llorar, abre las mandíbulas, las cervicales, la garganta, el pecho, el diafragma y las lumbares, limpiando hormonas del estrés con las lágrimas.
Camina mucho si estás deprimido. Las endorfinas así creadas contribuyen a mejorar el ánimo.
Aliméntate sano y variado cuando estás intentando un cambio. Toma bastante agua. Estas cosas nivelan tu energía y tu fuerza. Los productos basura, llenos de químicos, grasa, azúcar y sal, crean una serie de problemas a todo nivel, que después se notan en tu intento de cambiar.
Simplifica tu vida. Pequeños pasos sencillos hacen la diferencia.
Publicado por LAURA FOLETTO
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