lunes, 20 de abril de 2015

LA COSECHA DE ARROZ...


El maestro zen encargó al discípulo que cuidase el campo de arroz.
Durante el primer año, el discípulo vigilaba para que nunca faltase el agua necesaria. El arroz creció fuerte y la cosecha fue buena.
El segundo año, él tuvo la idea de añadir un poco de fertilizante. El arroz creció rápidamente y la cosecha fue mayor.
Al tercer año, él colocó más fertilizante. La cosecha fue mayor aún, pero el arroz nació pequeño y sin brillo.
Si sigues aumentando la cantidad de abono, no tendrás nada de valor el próximo año –le dijo el maestro. –Fortaleces a alguien cuando lo ayudas un poco, pero debilitas a alguien si lo ayudas mucho. 
VÍA LA REVISTA

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